Peripecias en la capital (Part II)
Hoy en día no eres nadie si no haces una trilogía
Sábado día 2
Un ruido de origen desconocido me despierta a las 10:00 h. Tengo un regusto amargo en el estomago. Intento seguir durmiendo pero no puedo. Quince minutos antes de que suene el despertador a las 11:00 me levanto. Control de daños: estoy un poco jodido en general. Una ducha me da un poco de vida.
La cara de mi anfitrión recién levantado es un poema. Imagino que yo debo estar igual. Desayuno y me pongo el traje. ¡Vámonos de boda! Non stop!
Bromeo en el coche con el hombre 10, preguntándole si daría positivo en un hipotético control de alcoholemia. Metemos el coche en el parking de casa de su novia, a la que vamos a recoger para irnos en taxi a Boadilla del Monte, más o menos donde Cristo perdió el mechero. Al bajarme del coche me doy cuenta de que me he dejado en la maleta el sobre con la pasta para regalar a los novios. ¡De puta madre! En lugar de enfadarme me descojono yo solo.
En el ascensor coincidimos con una mujer joven. El interior es de chapa y algún imbécil lo ha rallado todo con una llave. ¿Quién vive aquí, Lobezno?, pregunto a mi compi, ante el desconcierto de la vecina, que sale del ascensor partiéndose el culo. Santa mujer, que me evitó una tragedia. La puerta del bloque tiene una mitad toda de cristal. Con la puta resaca estuve a punto de comerme el cristal, al estilo Guardiola en el McDonald’s. Pero la santa vecina iba andando dos metros por delante, dándome el tiempo suficiente para reaccionar, al ver que ella salía por la otra mitad de la puerta.
Intento ir a un cajero, pero la novia del Hombre 10 ya nos está esperando con un taxi y el taxímetro no espera. Llegamos a la boda dos minutos antes de que empiece. Just in time, que dirían los de la Toyota. Me reencuentro con viejos conocidos del Máster. Empieza la ceremonia y me escabullo sigilosamente. Preguntando doy con un estanco. Compro un sobre. Siguiente parada: un cajero. Doy con uno. Una señora dentro. Un minuto. Dos. Tres. Me empiezo a poner de mala hostia. Cuatro. Estoy a punto de entrar cuando sale la buena mujer. “Ten cuidao, que me acaban de robar”, me dice al salir. “¿Cuándo, ahora?”, respondo perplejo. “Poco antes de que vinieras se han metido dentro del cajero unos chavales”. Miro a todos lados y no veo a nadie. “Ten cuidao, cierra la puerta al entrar”, repite la señora. Me muerdo la lengua. Estoy pensando que esta señora no conoce la ley de probabilidades. ¿Qué probabilidad hay de que roben 2 veces en un mismo cajero en el mismo momento? Esos chavales ya estarán a tomar por culo, no se van a quedar ahí de botellón. Entro y saco pasta. Ya tengo regalo.Vuelvo a la Iglesia. No me he perdido nada importante.
El banquete es justo al lado de la Iglesia. Es un antiguo convento reformado en un hotelito pequeño con salón de celebraciones. Se nota que es un sitio de pasta. La comida lo confirma. Al ingerir sustancias no líquidas mi cuerpo reacciona muy positivamente. Aperitivos, una sopa rara, ensalada de bogavante, solomillo, postre de chocolate (puto gluten), licores y puro (el cual no se acababa nunca)
“Cuando quieran pueden salir al edificio de enfrente para las copas” nos dicen los camareros. ¿Adivinais quién se tomó la primera copa? Efectivamente, un servidor con su amigo Jokim, compañero de correrías y de ciegos absurdos. Poco a poco llega la gente.
Vals al que nadie presta atención (todo el mundo en la barra), pasodobles y demás porquerías musicales. Tras amenazar de muerte al DJ, empieza la música bailable. Nunca tengo las manos vacías, siempre una copa y el jodido puro. Algún que otro refregón nada destacable y nos terminan echando a las 23:30 h aprox.
Cansados pedimos un taxi. Y aquí empieza el segundo episodio surrealista: el taxi de vuelta.
Continuará
5 comentarios
Palooomoo -
Espero ansiosos ultima parte de Trilogia que seguro sera de las mas premiadas en los No-Premios oficiales de Chochakos-Land.
Mañanas mas pero no mejor xq es imposible que dice Wyoming.
Trucho King -
Por cierto, pagaría 100 pavos por ver la cara de tu compi al ver como te descojonabas sin motivo.
Y lo del taxi de vuelta...Bueno, espero relato, y comparación con experencias previas. La relación taxistas-tronchamozas deberá ser estudiada en algún momento, porque es obvio que este colectivo nos odia, el Dr.P deberá tomar las medidas adecuadas para que situaciones de esta índole no se repitan... ¿Tal vez una declaración formal de guerra?
Saludetes.
He dicho.
T.K.
Palomo-r -
Palomo-Cordobé -
Palomo-Cordobé -
" Doctor, cuando entra en juego la voluntad, se hace extraordinariamente rapido la recuperacion de las fuerzas!"