Domingo por la tarde. La ciudad sestea. Dos intrépidos amigos se acercan a la Discoteca Podium (ex Maná y ex Gurú), no para buitrear a las quinceañeras de la sesión light, sino para jugarse 10 leuros en su primer campeonato de poker en vivo.
La organización, como era de esperar, bastante desastrosa. Citados a las 16:30 no empezamos a jugar hasta las 18:00, tiempo que se hizo interminable (especialmente cuando saltó la alarma y estuvo pitando media hora).
Las mesas estaban bastante guapas, aunque las sillas eran de esas blancas de jardín. Las fichas y las cartas eran de primera calidad. El primer problema surgió cuando conté 9 mesas. Estaban anunciadas 100 plazas, así que supuse que serían 10 mesas de 10 jugadores. Se ve que les falló alguna mesa y acoplaron a 11 personas por mesa de mala manera. Pero es que además había 15 tíos más en lista de espera y cuando alguien se eliminaba entraba otro.
Esto y los continuos rebuys (el que quedaba eliminado podía comprar fichas de nuevo) durante la primera hora y media hizo que llegaramos a la pausa de las 20:00 h los mismos jugadores que estabamos al principio.
Todo un timo de la organización para sacar más pasta. El colmo vino cuando en la pausa ofrecieron add on (por 10 euros te daban 5.000 fichas). Así que o hacías el add on o ante la subida brutal de ciegas te ibas para tu casa.
En fin, el serbio hipertrofiado que dirigía el cotarro junto a dos compinches me colocó en una mesa al lado de la de Patapal0. Mi mesa era bastante chunga. No había ningún pardillo. De hecho la mitad de mi mesa quedó entre los 20 primeros. Si unimos que durante toda la tarde no me entró una puta mierda, que el que estaba a mi derecha se empepinó de fichas ligando colores, escaleras y parejas altas a cascoporro, y que las ciegas eran excesivamente altas, bastante hice con sobrevivir.
En ningún momento del torneo pude hacer mi juego de robar ciegas. La mesa era larga y siempre había alguien con una gran mano resubiendo. Como ya he dicho no me entraron buenas cartas. Es raro que las únicas parejas en 4 horas jugando fueran un par de doses y un par de seises, que tuve que tirar al ser resubido y estar en primeras posiciones. No me entró en 4 horas ni una puta AK. Eso sí, las poquitas manos buenas que me entraron (un AQ y un par de AJ) las amorticé y tuve suerte de doblarme. Al descanso llegué con 2.200 fichas (empezamos con 2.000). Patapal0, fiel a su estilo hiperagresivo mientras haya rebuy sufrió grandes oscilaciones y tuvo que recomprar, llegando al descanso con 3.000 fichas.
Todo el mundo hizo add on y en mi caso seguí igual, menguando con las ciegas, y dando algún zarpazo para volver a la media de fichas. En ningún momento estuve por encima de la media y mi juego fue pura supervivencia. Cuando quedábamos 24 jugadores, repartidos en 3 mesas, escuché un murmullo a mis espaldas, en la mesa de Patapal0, que tenía 30.000 fichas (la media estaría en unas 25.000 y yo tenía 18.000). Me giré y vi como Patapal0 se ponía en pie y arrojaba sobre la mesa dos ases como dos soles en un all in de libro. “¡Qué cabrón”, pensé, “este se va a poner con 60.000 fichas y ya está en la mesa final”. Seguí jugando y cuando escuche un “ohhhhh” de toda la mesa de atrás supe que a Pata se lo habían chuskado de la peor manera. El otro llevaba dos seises (gran error ver ese all in) y tuvo la enorme potra de ligar otro 6 en el river. Riverazo auténtico con la trucha demoníaca (666) que hizo que Pata se fuera a casa más caliente que si hubiera visto a Scarlett en su dormitorio.
Yo aguanté sobreviviendo un rato más (hasta las 23:15 h.) pero siguió sin entrarme nada y las ciegas me asfixiaron. Acabé 12º, a un paso de la mesa final y de los premios.
Bueno, un puesto 24º y un 12º no están nada mal, teniendo en cuenta que eramos 115 jugadores y que Patapal0 tuvo pésima suerte en esa mano (que estaba bien jugada aunque saliera mal) y que a mi me entraron truños toda la tarde.
Por cierto, conocimos a los del Club de Poker y son gente agradable. Igual me apunto algún domingo por la tarde y me paso.